Una madre soltera se mudó a la habitación contigua al deteriorado apartamento donde yo vivía. Tiene un comportamiento amable, pero por alguna razón siempre sonríe con tristeza. Me preocupo por ella, cuando necesito la mano de un hombre la ayudo, por el contrario cuando estoy enfermo le pido que me cuide. Los días de paz continuaron, pero de repente, un día, su exmarido se acercó a ella. No la soportaba, herida pero sana, y la abracé con locura. La pasión sexual de dos personas que se buscan.
Deja un comentario