El marido de Amami Tsubasa debe una gran suma de dinero a los gánsteres, que ahora ambos no pueden pagar. Entonces los dos fueron a ver al jefe y le rogaron, pero no pudieron. Al ver que su esposa era tan hermosa, la invitó a quedarse en su casa para ir reduciendo poco a poco su deuda durmiendo y cuidándolo todos los días. No hay otra manera, tiene que hacerlo aunque no quiera.
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